Informar o difamar
Por: Justo Juárez Nima.
Cuando decidí ingresar al campo político dejé atrás todos los prejuicios que me decían de la política, pues me acompañaba la idea de propiciar el gran cambio en esta provincia; sin embargo, ya adentro todo lo sórdido se vuelve posible, lo político se vuelve politiquería sucia y barata. Desde que acepté ser responsable político provincial y pre-candidato de Alianza para el Progreso, los dardos ponzoñosos de la prensa paiteña confabulado con los candidatos a la alcaldía se han apuntado hacía mí, con el único fin de desacreditarme ante la opinión pública que viene respaldándome.
Los conductores paiteños muchas veces confunden los alcances de la libertad de información u opinión, concibiéndolas como ilimitadas y no sujetas a ningún control; les hago recordar aquella frase que dice: el derecho de cada uno termina allí donde comienza el derecho de los demás. Entonces, el ejercicio de una actividad tan esencial y respetable como el periodismo, no constituye licencia para transgredir el honor o la intimidad de las personas, en forma ilícita o injustificada. Si van a informar deben hacerlo con los fundamentos veraces en la cual amparan su denuncia frente a los oyentes, y no difamen a un hombre que tiene años labrándose un buen nombre y buena reputación.
No quiero censurar, como se ha dicho, a los amigos de prensa; tampoco quiero juzgar a los hombres por los títulos que ostentan, para mí el mejor título de toda persona humana es la SEÑOR, porque señor no es cualquiera; hago mención a esto, porque es bien conocido en el medio periodístico paiteño existen periodistas empíricos, que no tienen una formación académica periodística, pero ello no se les restringe su libre expresión, lo único que se le pide es que informen y opinen respetando los derechos constitucionales reconocidos de los demás, porque agraviado puede ser cualquier persona.
Mi presencia en la vida política paiteña es un nuevo desafío en mi vida, me he propuesto realizar el gran cambio que tantos años se viene postergando con miles de excusas, esa incapacidad altamente defendida por la prensa paiteña sin escrúpulos que ahora me ataca, porque todos sabemos que intereses defienden; la ignorancia se dice que se perdona, pero lo que no se perdona es la complicidad y la traición maligna por dañar los verdaderos interés de todo un pueblo, ellos no quieren manifiestamente el desarrollo y progreso que yo quiero implantar, llevados de la mano con la decencia, capacidad de gestión, transparencia y firmeza para efectuar los grandes cambios y retos que dignifiquen a todos los paiteños.
Moraleja: informar no es sinónimo de difamar; informar con la verdad es respetar. En esta fiesta electoral que se avecina amigos periodistas cojamos la guitarra y el cajón, y cantemos la verdad.
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