FIESTA DE SANTA ROSA PATRONA DE LA POLICIA NACIONAL DEL PERU
En Lima, la ciudad Jardín, el 20 de abril de 1586 nació una hermosa niña de extraordinaria belleza, que por sus extraordinarios dones de humildad y amor al prójimo, demostrados a lo largo de su corta existencia alcanzó la cima de la gloria celestial, convirtiéndose en el manto protector y ejemplo de miles de efectivos que integran la gloriosa Policía Nacional del Perú.
En reconocimiento a sus grandes virtudes, fue canonizada y proclamada como Santa, el 12 de abril de 1671 en la Capilla Sixtiana del Vaticano, por obra del Papa Clemente X, previamente, un año antes, Santa Rosa de Lima fue reconocida como Patrona de Toda América, Filipinas e Indias Occidentales.
Considerada con justicia como símbolo permanente de la conducta moral de los efectivos policiales, dadas sus excelentes virtudes fue designada Patrona de la Policía Nacional del Perú, mediante decreto Supremo N° 27-89, publicado en el diario Oficial El Peruano, el 18 de septiembre de 1989.
Posteriormente en 1995, la imagen de la Santa Limeña fue condecorada con la Orden al Mérito de la Policía Nacional del Perú, en el grado de Gran Cruz, también se le ha otorgado la Banda Honorífica como Generala de la Policía Nacional, en su calidad de Patrona del Instituto.
Del mismo modo se incluyó en el Calendario Anual de festividades Institucionales, la celebración del "Día de Santa Rosa de Lima y de la Virtud Policial", el 30 de Agosto de cada año, conforme lo estipulan el D.S. N° 0027-89-IN del 18SET89 y la R.D. N° 355092 de 06AGO92, respectivamente. Desde entonces, recibe los honores correspondientes en homenajes tributados por nuestra Institución policial a nivel nacional
El homenaje que tributa la Policía Nacional del Perú, a la Santa Limeña, se inicia el 29 de agosto de cada año con la salida en procesión de la venerada imagen del Convento Santo Domingo que luego ingresa a la Catedral de Lima, en donde el 30 de agosto de cada año se oficia en una misa concelebrada, culminado el acto litúrgico se procede a la tradicional procesión de la Santa por las principales calles de Lima, acompañada de la Escolta de la Policía Nacional, al compás de la Banda de Música PNP
A esta dulce criatura inicialmente se le bautizó con el nombre de Isabel, en homenaje a su abuela materna, pero, posteriormente, a solicitud de su madre, se le cambió por el de Rosa, debido a la extraordinaria belleza que reflejaba su rostro.
Desde niña, su acendrado amor a Dios la condujo por el camino de la religión católica, ingresando a la Tercera Orden de Santo Domingo, donde tomó a Santa Catalina de Siena como modelo de amor a Cristo y de servicio a los más necesitados.
Era tanta la bondad de la Santa que al primer mendigo que encontraba lo invitaba a su casa, donde le lavaba los pies y de alguna manera le aliviaba su hambre, sed o enfermedad.
Durante los últimos tres meses de su vida fue hospedada en la casa de la familia del contador Gonzalo de la Maza, retirada en la casa de su bienhechora María de Uzátegui, falleció en la madrugada del 24 de agosto de 1617, a los 31 años.