domingo, abril 04, 2010



Muerto y resucitado

PiuraWeb Noticias

abril, domingo 04, 2010

Miguel Godos Curay


Un acontecimiento misterioso, ocurrido el tercer día después de la muerte de Jesús es el que refieren con irreductible contradicción los evangelios.


Pasado el sábado, ya para amanecer el día primero de la semana�sobrevino un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, removió la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Era su aspecto como el relámpago, y su vestidura blanca como la nieve.


De miedo de él temblaron los guardias y se quedaron como muertos (Mateo XXVIII,1-4). María Magdalena, María la de Santiago y Salomé que compraron aromas para ungirle, vieron que la piedra estaba removida (Marcos XVI, 1-4), Y entrando, no hallaron el cuerpo del señor Jesús (Lucas XXIV-3).Estando ellas perplejas sobre esto, se les presentaron dos hombres vestidos de trajes deslumbrantes.


Mientras ellas se quedaron aterrorizadas y bajaron la cabeza hacia el suelo, les dijeron: ��Por qué buscan entre los muertos al que vive?. No esta aquí ha resucitado, Acordamos cómo os habló estando aún en Galilea, diciendo que el hijo del hombre había de ser entregado en poder de pescadores y ser crucificado, y resucitar al tercer día. (Lucas XXIV, 4-7)


Díjole Jesús: Mujer ,por qué lloras?. A quién buscas?. Ella, creyendo que era el hortelano, le dijo Señor, si te le has llevado tú dime dónde les has puesto, y yo lo tomaré�, Díjole Jesús María!, Ella volvió y le dijo en hebreo Rabonni! (maestro) y postrada ante quiso abrazarle, Jesús le dijo: Noli mi tangere, No me toques, porque aun no he subido al Padre, pero ve a mis hermanos y diles : Subo a mi Padre y a vuestro Padre a mi Dios y a vuestro Dios (Juan XX,4-17).


Romano Guardini, sostiene, que la resurrección de Cristo no es un mito sino el fundamento de un mundo verdadero que revela lo que estaba oculto desde el principio de la naturaleza de Jesús. Mientras en nosotros, comunes mortales, el arco de la existencia empieza con el nacimiento y acaba con la muerte.


En Jesucristo se extiende hacia la eternidad. Remarca Guardini: El arco no se arruina con la muerte, sino que se prolonga arrastrando consigo la vida humana hasta la eternidad. Qué es la muerte?.
Una definición propia del sentido común apunta que es la cesación de la vida. El término de la vida. La desaparición del ser que envejece.


Frente a la disolución biológica sólo queda la memoria y el recuerdo. Sostiene Unamuno que en la muerte se revela el misterio de la vida. A Pitágoras se atribuye la frase que dice: El hombre es mortal por sus temores, e inmortal por sus deseos. Brennan precisa que: La muerte natural, en su aspecto fisiológico, no es realmente más que el descenso de los procesos metabólicos más allá del punto en que los productos de desecho pueden eliminarse y el intercambio de energía con el mundo físico puede ser efectuado.


La muerte de Cristo fue un acontecimiento histórico incontrovertible. López Aranguren (1909-1996) bosqueja una tipología de la muerte con los siguientes términos:


1) Muerte eludible: Si la muerte es una realidad ineludible.
El huir de la muerte a través del retardo del envejecimiento y represión del pensamiento de la muerte es una forma de muerte eludible.
Se trata de estratagemas intelectuales para vivir el momento a través del placer desbocado. Se reivindica a Epicuro quien afirmaba que: yo y mi muerte somos incompatibles.
Otros recursos son el maquillaje de los muertos para que parezcan vivos y el autoengaño de la cirugía plástica para ocultar la vejez.
2) Muerte apropiada: Es el admitir que desde que nacemos estamos muriendo.
Siempre somos lo que todavía no somos anticipándonos a la muerte la asumimos como pre-ocupación. Como dice San Pablo. Ninguno muere para sí mismo, morimos para el señor.
Dice Aranguren: porque morimos ante Dios y hacia Dios la muerte tiene sentido.
3) Muerte absurda: Es la muerte que acaba con mis posibilidades de ser.
Finalmente muero para los otros.
4) Muerte negada: Es una condición humana el pensar en todo menos en morir. El pensar en la muerte tiene una carga de angustia.
Dice Woody Allen: A mí no me gusta morir. Sólo que no quisiera estar presente cuando me ocurra. Elías Canetti, tiene una receta para combatir a la muerte. Llévala en la boca todo el tiempo, con un lema: valor y honradez.
5) Muerte buscada: El suicida, el buscador de la muerte ha perdido el amor por la vida.
Sostiene Luis la Hoz, en su antología 33 Poetas Suicidas, que el acto del suicidio posee siempre un efecto detonante; nos golpea por un momento la conciencia.
Nos hace ver que estamos ciegos y muertos�. Miller refiere que: Cuando compadecemos al suicida, los que hacemos en realidad es compadecernos a nosotros mismos por no tener el valor y el deseo de seguir su ejemplo.
No podemos soportar demasiadas deserciones: nos desmoralizaríamos.. Pero seguimos observando la cortesía de los gusanos La segunda Epístola de Corintios dice: Todos nosotros, a cara descubierta, contemplamos la gloria del Señor como en un espejo y nos transformamos en la misma imagen, de gloria en gloria, a medida que obra en nosotros el espíritu del señor (II Cor.,III, 18).
Vivir la resurrección de Cristo es sentir su presencia viviente. De modo que el hombre viejo viciado por la corrupción y el error renace en el hombre nuevo que es Cristo. El desafío del cristiano es transponer a Cristo en su propia vida, insertarlo en su vida cotidiana.
La existencia cristiana, supera con creces a la existencia humana porque la arraiga hasta lo infinito. Anota Romano Guardini: El Cristo verdadero es el de la fe real. No hay otro. La fe está orientada hacia Cristo como el ojo hacia el color y el oído hacia el sonido.
La medida del hombre es la de las posibilidades humanas. La dimensión de Cristo es divina e infinita rebasa nuestra inteligencia porque se proyecta a la eternidad.


En Cristo nuestra muerte se torna en vida. Mientras tanto, como dice Alberto Boveris, hay que agregar años a la vida y vida a los años. Añadiría yo amor y fe