viernes, febrero 29, 2008
Cual es la verdad del accidente del Avion A-37B?
Este libro prologado por distinguidos miembros de la Fuerza Aérea Peruana como el Mayor General FAP Alberto Thorondike Elmore y el Teniente General FAP César Yepez Zapatero, de impecable trayectoria institucional, presenta una profunda investigación sobre el accidente aéreo ocurrido el 23 de agosto del 2001, en la zona de Vice, Sechura.Es un libro de 352 páginas del doctor Víctor Girao Alatrista.
La aeronave pilotada por el teniente FAP Miguel Ángel Lama Barreto, piloto de aviones caza de la Fuerza Aérea del Perú, y su supuesto instructor , el teniente coronel USAF en retiro Arnold W. Balthazar, se precipitó al mar en la Bahía de Bayóvar, en la provincia de Sechura, cuando se encontraba realizando un vuelo en formación. Los restos de Lama Barreto fueron encontrados, tres días después, al noroeste de Sechura. De los restos de Arnold W. Balthazar no hubo noticia, hasta que hace algunos meses, presuntos familiares tentaron sin éxito una partida de defunción en Vice ( Sechura).
¿Qué pasó el 23 de agosto del 2001?.-
Este día los pilotos, volando sobre la línea de costa de la bahía de Sechura, cumplían con las prácticas programadas: maniobras marginales de baja velocidad en la modalidad de convergencia. Esto significa que el avión subsónico militar debía volar muy cerca de la pérdida de sustentación. En esta práctica, extremadamente peligrosa, perdieron el control de la nave cayendo desde los 5,000 pies. Los equipos de eyección, último recurso, en estos casos no funcionaron.
¿Por qué no funcionaron los equipos de eyección?
Como señala el autor del análisis: Resulta inexplicable que un piloto con varios años de experiencia de vuelo en el avión A-37B de la FAP y su “experimentado instructor” no pudieran eyectarse cuando la nave se precipitaba al mar. Esta interrogante se convirtió en una preocupación profesional, humana y legítima de don Carlos Gaspar Lama Borges, padre del teniente Miguel Angel Lama Barreto, capitán retirado de la Fuerza Aérea del Perú, que lo llevó a indagar una serie de hechos y descubrir en este trance: documentos, inexcusables omisiones, y declaraciones falsas y sin sustento que ocultan finalmente un hecho criminal.
¿Cómo se llegó a estas conclusiones?
Mucha de esta información fluye en el voluminoso legajo de la Junta Investigación de Accidentes del A 37B Nº 130 solicitado por la congresista Fabiola Morales Castillo cuya copia gracias a la Ley Nº 27806, Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, fue entregada a don Carlos Gaspar Lama Borges.
Este documento fue analizado detalladamente, por expertos en aviación militar, lo que permitió descubrir una serie de imprecisiones, mentiras y un propósito de ocultamiento deliberado por lo que la Comisión de Defensa y Orden Interno del Congreso solicitó se forme una comisión de investigación sobre el accidente. Posteriormente, el Congreso, aprobó la moción de la congresista Morales y la Comisión de Fiscalización y Contraloría, solicitando al Ministro de Defensa una ampliación del Informe de la Junta de Investigación de Accidentes que fue realizado por el Coronel FAP Zdenko Teply Batagelj. Copia de este documento también fue analizado, el mismo contiene serias y comprometedoras revelaciones como pasamos a señalar más adelante.
¿Quién era el responsable del mantenimiento de las naves y equipos de la FAP destinados a la interdicción de vuelos ilegales de los narcotraficantes?
El desenredo de la madeja permitió el hallazgo de una serie de graves irregularidades. Las investigaciones realizadas revelaron que en el marco del Acuerdo de Asistencia Técnica entre los Estados Unidos y el Perú dentro de los esfuerzos conjuntos de lucha contra el narcotráfico. La empresa norteamericana Corporación Arinc Inc, una entidad Corporativa del Estado de Delaware era la responsable del mantenimiento de las naves.
Esta empresa actuaba con una representante peruana la empresa Arinc con domicilio en Los Juncos, Lote 12 Castilla, Piura y su representante y responsable era el Mayor FAP, en retiro, José Luis Gamboa Burgos. Durante los años 2000 al 2003 Arinc INC en coordinación con su representante Arinc, en Piura, ejecutaron un Plan de modernización de los A 37 de la FAP. Estos trabajos comprendían cambio de aviónica, mejoramiento de luces, mejoramiento de los asientos de eyección y la instrucción de mecánicos y pilotos. Como puede concluirse muchos de estos trabajos no se cumplieron fue lo que sucedió con los piro cartuchos del sistema de eyección.
¿Cómo es posible que Arin Inc, la empresa norteamericana, tenga una empresa con igual denominación en Piura?
La premeditada utilización de la denominación Arinc, creó una confusión de responsabilidades al producirse el accidente del avión A-37B 130 de la FAP. Se trata, por donde se le mire, de un procedimiento poco transparente en el que el que se consignaba como dirección comercial, en Lima, el domicilio de Luis Felipe Gamboa Burgos, esposo de la congresista Carmen Lozada.
¿Tenía la empresa Arinc, que operaba en Piura, constitución legal?
ARINC (Piura) empresa proveedora de la FAP, de acuerdo a las investigaciones realizadas, no tiene partida registral en los Registros Públicos. Tampoco aparece registrada en la SUNAT lo que constituye flagrante delito tributario. El coordinador y representante de la empresa era el mayor FAP, en situación de retiro, José Luis Gamboa Burgos, cuñado de la entonces congresista fujimorista Carmen Lozada de Gamboa. El vínculo familiar entre el Mayor FAP José Luis Gamboa Burgos y la congresista Carmen Lozada, era una razón de peso para que Arinc, así tuviera partida de nacimiento legal fuera proveedora del Estado.
¿Cuál es la responsabilidad del Mayor José Luis Gamboa Burgos?
La situación del Mayor José Luis Gamboa Burgos es desde el punto de vista legal un delito por ser representante de una empresa que no tenía personería legal ni registro en la SUNAT para negociar con el Estado. Como los delitos tributarios no prescriben, los organismos de inteligencia tributaria pueden iniciar una investigación sobre estos turbios manejos económicos producidos en Piura. Gamboa Burgos, opera en Piura, en donde tiene negocios personales lo que no lo exime de responsabilidad legal para que sea comprendido en las investigaciones que permitan esclarecer los hechos que rodean este luctuoso accidente.
Para entonces las acciones de interdicción auspiciadas por el gobierno de los Estados Unidos se volvieron tensas a consecuencia del incidente provocado por los disparos de aviones FAP del Grupo Aéreo 7 a un hidroavión Cessna Citation que cumplía un vuelo de rutina desde la frontera con Colombia a Iquitos. La nave era conducida por Kevin Donaldson, que transportaba a su esposa la misionera Verónica Bawers y su hija Charity quienes murieron en la operación. El escándalo provocado por el cumplimiento de un Plan contra el Narcotráfico que había costado la vida a personas inocentes costó el cargo al Zar antidrogas General USAF Barry Mac Caffrey quien dejó el cargo el 10 de mayo del 2001.
¿La empresa Arinc Inc y su representante en Piura Arinc tienen responsabilidad negligente por la no provisión oportuna de los pirocartuchos de los dispositivos de eyección?
En efecto los pirocartuchos de los dispositivos de eyección estaban vencidos desde junio de 1999. A ello se suma, otra negligencia, la confirmación de la inexperiencia del piloto norteamericano Arnold W Balthazar, incapacitado legalmente para volar y mucho menos para instruir a pilotos peruanos. Si el Mayor Gamboa Burgos era el enlace con la empresa Corporación Arin Inc., de los Estados Unidos de Norteamérica, no cabe duda conforme a los documentos que se publican en el libro, que tiene responsabilidad. Fue la empresa Arinc ( Piura) la que contrató a los pilotos Neville Sonner y Arnold W Balthazar cuya inexperiencia resulta negligente.
¿Puede un programa de de interdicción aérea contra el narcotráfico, suscrito por el gobierno de los EE.UU y el gobierno del Perú manejarse tan irresponsablemente?
Hay responsabilidad histórica en los altos mandos de la FAP respecto a la corrupción enquistada en su institución y la impunidad criminal. El colmo resulta que los responsables de estos hechos son actores conocidos que impunemente
realizan actividades públicas protegidos por el sigilo del secreto militar. Frente a ello no sólo pesa el inmediato juicio de la conciencia sino la dignidad de un padre, peruano, y ex servidor de las Fuerzas Armadas.
¿Es un tema político?
Sin duda el tema despierta el temor de los políticos por escudriñar este caso pues compromete al Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica. Muchos alegan que existen documentos reservados que no deben hacerse públicos y sostienen que no debe ser abordado por los periodistas que buscan la verdad y que son perennes en su denuncia respecto al nivel de podredumbre que involucra a los altos mandos de las Fuerzas Armadas durante el gobierno de Fujimori. La ex congresita Carmen Lozada, hace algunas horas se comunicó con Don Carlos Lama Borges, para impedir a toda costa la presentación del libro. El señor Lama Borges, puntualizó, que la dignidad y los derechos humanos, no se negocian.
¿Cómo se obtuvieron tan reveladores documentos?
Carlos Gaspar Lama Borges, el padre, Capitán FAP en situación de retiro, proporcionó al autor, don Victor Girao Alatrista, la información que había acopiado. Este análisis técnico, jurídico y aeronáutico, de hechos y delicadas imputaciones, permite concluir que se oculta la verdad, y que los responsables de una serie de hechos delictivos, documentos y declaraciones falsas aún no han sido sancionados con todo el rigor de la ley.
¿Quién es el autor de este libro?
El autor doctor Víctor Girao Alatrista, es abogado por la Universidad San Martín de Porres, especialista en Derecho Aeronáutico, instructor de vuelo, profesor de navegación aérea, aerodinámica y fisiología de vuelo de la Escuela de Aviación Civil del Perú. Piloto de Faucett durante más de veinticinco años en rutas nacionales e internacionales. Especialista en prevención, seguridad e investigación de accidentes aéreos. Fue Presidente de la Asociación de Pilotos de Faucett, Presidente de la Asociación de Pilotos Peruanos y es actual Gerente del Bufete Girao y asociados S.A.C.
¿Cuál es la conclusión final de este libro?
El libro tiene ocho capítulos que abordan a profundidad el escenario con su telón de fondo, la orden del vuelo fatal, el análisis de los informes, el informe técnico y los pormenores del Acuerdo de Asistencia Técnica (TAA) de los Estados Unidos de Norteamérica bajo la supervisión del Grupo consultivo y de Ayuda Militar (GRUCAM).
Una de las conclusiones es la de que si se hubiese cumplido con la supervisión efectiva de los dispositivos de las naves se hubiese salvado las vidas del teniente FAP Miguel Angel Lama Barreto y del teniente coronal (R) USAF Arnold W Balthazar igualmente la de los pìlotos comandante FAP Michael Quiroz Plekfe y el Mayor FAP Aldo Consilglieri que perecieron en idénticas circunstancias poco después de haber despegado del aeropuerto de Porto Velho ( Brasil).
¿Qué propósitos persigue su publicación?
El hacer públicos hechos que provocan indignación porque ofenden la dignidad humana y el prestigio de instituciones militares y comprometen a personalidades que tienen relación con el área militar y policial. Así mismo se desnuda la corrupción enquistada en las Fuerzas Armadas, el enriquecimiento ilícito a costa del manejo perverso de los fondos de asistencia gubernamental. El accidente del A-37B Nº 130 de la FAP es un acontecimiento doloroso que demuestra como operan los tentáculos de la corrupción. Es también un pedido legítimo de sanción para los responsables directos: autoridades que lucran con la logística militar a costa de las vidas de jóvenes pilotos, y que abusando de su poder disponen cargos, ascensos y destinos. El acopio documental del presente libro servirá como sustento de la demanda penal contra los que resulten responsables de esta negligencia a presentarse en el mes de mayo próximo.
¿Un mensaje final?
Quisiéramos imaginar a Miguel Angel Lama Barreto, acariciando el rostro de su hijo, fruto amoroso de su fugaz existencia en entraña piurana. No llegó a conocer a su hijo pero su sola existencia nos recuerda que la sonrisa de un niño tiene como correlato la sed de justicia.
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