HOMILIA POR DIA DE SANTA ROSA EN PIURA
Dignas Autoridades Políticas, Diplomáticas, Universitarias, Civiles y Militares.
Señoras y Señores.
Hoy 30 de agosto, celebramos a Santa Rosa de Lima, patrona del Perú, de América y de las Filipinas. Celebramos a nuestra santa limeña y peruana, primera flor de santidad que floreció en nuestro continente americano. La fragancia de esta "rosa" no se ha desvanecido con el paso de los tiempos sino todo lo contrario, el perfume de su bondad se ha acentuado con los siglos. La santidad de Santa Rosa sigue hoy en día asombrando y cautivando a propios y a extraños. Ella sigue difundiendo el perfume del conocimiento de Cristo.
Hoy también celebramos a nuestra querida Policía Nacional del Perú, que tiene a Santa Rosa por su patrona, defensora y ángel guardián de su institución. Así lo testimonia la imagen de nuestra santa siempre presente en toda comisaría o local policial.
Rendimos homenaje a nuestros policías que a lo largo de nuestra historia hasta nuestros días, con su entrega cotidiana y con su servicio sacrificado y abnegado, contribuyen a la seguridad interna del Perú, a su paz y a preservar la vida de todos los peruanos.
Cómo no evocar esta mañana al Héroe Nacional, alférez Mariano Santos Mateos, el valiente de Tarapacá y abanderado de su Batallón en la batalla del Alto de la Alianza; o al Héroe Nacional, capitán Alipio Ponce Vásquez, el Titán de Carcabón y a tantos héroes y mártires de nuestra policía. Son más de 1,360 los policías que han entregado generosamente sus vidas en defensa del honor patrio para mantener el orden interno, en la lucha contra la delincuencia, el crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo. Hoy nuestro homenaje a todos ellos y a sus familias, y nuestro pedido claro y firme a toda la ciudadanía para que respetemos a nuestra Policía Nacional. Basta ya de secuestrar policías como medio para hacer reclamaciones.
¿Hasta cuando nuestros policías tendrán que sufrir éstas y otras afrentas e incluso ofrendar sus vidas?
No respetar a un Policía, es no respetar a Dios, a la Patria y a la Ley, como reza el lema de nuestra Policía Nacional. Y sin el respeto a Dios, a la Patria y a la Ley no es posible construir el Perú justo y reconciliado que todos anhelamos.
Queridos hermanos: si bien es cierto que las autoridades deben escuchar los justos reclamos de los ciudadanos, no es menos cierto que éstos deben usar en sus reclamaciones los medios legítimos de un Estado democrático como el nuestro, por las vías del diálogo y del respeto mutuo, que excluyen la violencia, toda forma de violencia. No es justo reclamar un derecho conculcando el derecho de terceros, menos aún secuestrando y matando policías. Debemos desterrar toda forma de violencia en el país y a pesar de nuestras diferencias, debemos aprender a vivir en paz. Pidamos hoy a Santa Rosa en su día para que en el Perú se destierre toda forma de violencia y los peruanos vivamos en reconciliación y fraternidad.
En esta Santa Misa queremos reconocer una vez más el trabajo de nuestros hermanos que están en la Policía Nacional, que es un trabajo de servicio a todos los peruanos. Asimismo a nuestros Policías, también llamados los "Caballeros de la Ley y los Custodios de la Paz", les pedimos que siempre honren el uniforme de la Patria, siendo hombres virtuosos, personas morales, ejemplares e intachables, para que sean guías auténticos para los demás y factores vivos de ética social, que con sus vidas y sus palabras estimulen a los demás a ser hombres de bien.
Recuerdo con gratitud y afecto cuando era niño, la presencia del policía de mi barrio quien además de cuidarnos, nos inspiraba con su ejemplo y sus consejos a ser mejores personas y ciudadanos. Queridos policías: vuestra verdadera fortaleza reside en vuestra fuerza moral. Nunca se olviden de ello.
Ustedes suelen decir con razón de Santa Rosa, "Tu pecho fue templo de valores morales, forjados en disciplina que sirven de ejemplo a la Policía Nacional del Perú". Pues bien, tres fueron las características principales de la santidad de Santa Rosa de Lima. Ellas constituyen toda una fuente de inspiración para que ustedes vivan en plenitud su vocación policial.
En primer lugar Rosa de Santa María se distinguía por su profunda vida de oración, oración entendida como un dirigirse interiormente al Señor, como estar en su luz, como un dejarse incendiar por su fuego santo. El policía auténtico busca el bien y combate el mal que hoy lamentablemente se manifiesta de muchas maneras. Para ambas cosas el policía necesita de Dios. Mi deseo es que tengan a Dios muy vivo en sus corazones, a Dios que se nos ha revelado plenamente en su Hijo único, nuestro Señor Jesucristo. Si quieren ser policías de verdad tienen que ser hombres de profunda vida de oración. Oración que también supone la confesión frecuente, la Misa dominical, y la comunión eucarística entre otras prácticas de vida cristiana. Sólo así la fuerza del bien residirá en ustedes y así podrán vencer en la lucha contra el mal.
En segundo lugar Santa Rosa se distinguió por su amor preferencial por los pobres. Puesto que ella ama a Cristo, el despreciado, el doliente, Aquél que por nosotros se hizo pobre, ella también ama a los pobres que llegaron a ser sus hermanos más cercanos y queridos.
Las penitencias que ella hacía no era absolutamente una forma de masoquismo, sino de solidaridad con todos los pobres y los que sufren, solidaridad que brota de la comunión con el Cristo doliente y crucificado. Estimados policías nacionales, a ejemplo de Santa Rosa, siempre acojan y defiendan al pobre y necesitado, sean el amparo del que no tiene quien lo defienda y auxilie. Ayuden al que sufre injusticia y ve atropellados sus derechos. En ellos está Cristo con los rasgos de su pasión pidiéndoles que sean como el Cireneo que lo ayudó a cargar con su cruz.
El tercer rasgo de su santidad fue su ardor por la misión. Santa Rosa ardía en deseos de ir por las calles de todo el mundo para conducir a todas las personas hacia el Señor Jesús, el Salvador. Rosa expresaba con estas palabras este anhelo por su misión: "¡Escuchadme, pueblos! ¡Escuchadme, naciones! Por mandato de Cristo os exhorto". Ahora en el cielo como santa, libre del vínculo de un solo lugar, va por todas las calles de la tierra realizando la misión que anhelaba: llevar a todos al encuentro de vida con Jesús. Queridos policías, como Santa Rosa ardan en deseos por cumplir con vuestra misión. Que sus vidas expresen que aman intensamente el ideal policial y que se esfuerzan por realizarlo. Como dice hermosamente vuestro himno institucional:
"Policía soy, de corazón, por vocación noble y leal,con la tradición de los heroicos policías del ayer;doy mi juventud, mi abnegación, mi patriotismo y lealtad,para servir con fe y honor, en la gloriosa Policía Nacional".
Como Santa Rosa, vivan siempre con la conciencia vital de su misión. Que la llegada de cada nuevo día avive en ustedes el deseo por cumplir plenamente con sus responsabilidades y la convicción de que no están solos en el desarrollo de sus tareas.
Cristo, por medio de Santa Rosa de Lima, los acompaña y les ofrece cada día su gracia y su bendición para trabajar con alegría y espíritu generoso por el orden interno del Perú, por la vida y por la paz.
Santa Rosa de Lima era como ustedes, pobre en recursos pero rica en fervor. Desde aquí con todo respeto invocamos al Supremo Gobierno para que la labor que se ha iniciado de dotar con más recursos y medios a nuestra Policía Nacional no se detenga y que asimismo se hagan todos los esfuerzos posibles por mejorar las remuneraciones del personal policial por el bien de sus familias. Pero seamos concientes que todo ello será en vano si el policía no tiene su espíritu templado en las virtudes y en los valores morales que hacen grande a la persona y a las instituciones a las que ella pertenece.
Que Santa Rosa de Lima, Patrona y modelo de vida cristiana los proteja de todo mal, les alcance sabiduría y fortaleza y mantenga sus corazones en la auténtica paz, aquella que procede de Dios.
Que así sea. Amén.
San Miguel de Piura, 30 de agosto de 2009
Solemnidad de Santa Rosa de Lima
Patrona del Perú y de América.
X JOSÉ ANTONIO EGUREN ANSELMI, SCV.
Arzobispo Metropolitano de Piura
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