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PIURA Y TUMBES CON NUEVO SACERDOTE Y DIÁCONO
PIURA Y TUMBES CON NUEVO SACERDOTE Y DIÁCONO
Alegría, recogimiento y gratitud a Dios fueron las expresiones de los fieles que ayer llenaron la Basílica Catedral de nuestra ciudad al participar en la Ordenación Presbiteral de César Augusto Ortiz Lupú y la Ordenación Diaconal de Juan Carlos Andrade Herrera, las cuales fueron conferidas por la imposición de manos de Monseñor José Antonio Eguren, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura.
La Santa Misa fue concelebrada por gran cantidad de sacerdotes de nuestra Arquidiócesis. También estuvieron presentes autoridades civiles, miembros de congregaciones religiosas, seminaristas de Piura y Callao, movimientos eclesiales, hermandades, parroquias de nuestra Iglesia particular y familiares de los Ordenados provenientes de Piura y Tumbes.
En el día en que se celebró la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, Monseñor Eguren señaló que “la Cruz es señal de los cristianos… Ella habla de amor, y de esperanza; habla de victoria sobre Satanás, el pecado y sus frutos más amargos que son la muerte y el sufrimiento. Ningún poder terreno puede derrotar el mal del pecado, fuente de todos los males e injusticias que padecemos en nuestra vida, tanto personal como social. Ningún poder terreno puede vencer a la muerte… En la Cruz, Cristo nos abrió el camino a la libertad, y a una vida feliz y eterna”.
“Queridos César Augusto y Juan Carlos: hoy se ordenan sacerdote del Señor uno y diácono el otro, pero ambos bajo el signo de la Cruz. Por tanto se les confía hoy el mensaje de la Cruz para que puedan ofrecer esperanza al mundo. Son constituidos mensajeros de Cristo crucificado. Por tanto no se anuncien nunca a ustedes mismos, sino a Él”, les exhortó nuestro Pastor.
El Rito de Ordenación se inició con el Escrutinio en el que cada uno de los ordenandos expresó su voluntad de recibir el ministerio diaconal y presbiteral respectivamente.
Luego, con el canto de las Letanías, la asamblea participante pidió la intercesión de los santos sobre los ordenandos, para que el Señor derrame su gracia sobre ellos a fin de que sean siempre fieles a su llamado.
Con la imposición de las manos por parte de Monseñor Eguren, signo de transmisión de una potestad y, con las plegarias de ordenación, Juan Carlos Andrade y César Augusto Ortiz fueron constituidos diácono y presbítero respectivamente, pidiéndole a Dios las gracias y bendiciones necesarias para que ejerzan su ministerio dignamente.
Posteriormente, Juan Carlos Andrade fue revestido con la estola y la dalmática, símbolo de su ministerio diaconal, para luego recibir de manos de nuestro Arzobispo el libro de los Evange¬lios, significando que ahora es servidor de la Palabra que tiene que ser proclamada con su propia vida.
En tanto, César Ortiz fue revestido con la estola y la casulla, símbolo de su ministerio sacerdotal, siendo luego ungido por Monseñor Eguren en las palmas de sus manos con el santo crisma.
Al concluir la Santa Misa brotaron espontáneos y efusivos aplausos de los fieles que expresaron su alegría y agradecimiento a Dios por la bendición que significa para la Arquidiócesis Metropolitana de Piura contar con un nuevo sacerdote y diácono.
El R.P. César Ortiz es natural de Tumbes y el Diácono Juan Carlos de Piura, ambos realizaron sus estudios de filosofía en el Seminario San Juan María Vianney de Piura y los estudios de teología en el Seminario Corazón de Cristo del Callao.
La Homilía pronunciada por Monseñor Eguren para esta ocasión puede leerla aquí.
La Santa Misa fue concelebrada por gran cantidad de sacerdotes de nuestra Arquidiócesis. También estuvieron presentes autoridades civiles, miembros de congregaciones religiosas, seminaristas de Piura y Callao, movimientos eclesiales, hermandades, parroquias de nuestra Iglesia particular y familiares de los Ordenados provenientes de Piura y Tumbes.
En el día en que se celebró la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, Monseñor Eguren señaló que “la Cruz es señal de los cristianos… Ella habla de amor, y de esperanza; habla de victoria sobre Satanás, el pecado y sus frutos más amargos que son la muerte y el sufrimiento. Ningún poder terreno puede derrotar el mal del pecado, fuente de todos los males e injusticias que padecemos en nuestra vida, tanto personal como social. Ningún poder terreno puede vencer a la muerte… En la Cruz, Cristo nos abrió el camino a la libertad, y a una vida feliz y eterna”.
“Queridos César Augusto y Juan Carlos: hoy se ordenan sacerdote del Señor uno y diácono el otro, pero ambos bajo el signo de la Cruz. Por tanto se les confía hoy el mensaje de la Cruz para que puedan ofrecer esperanza al mundo. Son constituidos mensajeros de Cristo crucificado. Por tanto no se anuncien nunca a ustedes mismos, sino a Él”, les exhortó nuestro Pastor.
El Rito de Ordenación se inició con el Escrutinio en el que cada uno de los ordenandos expresó su voluntad de recibir el ministerio diaconal y presbiteral respectivamente.
Luego, con el canto de las Letanías, la asamblea participante pidió la intercesión de los santos sobre los ordenandos, para que el Señor derrame su gracia sobre ellos a fin de que sean siempre fieles a su llamado.
Con la imposición de las manos por parte de Monseñor Eguren, signo de transmisión de una potestad y, con las plegarias de ordenación, Juan Carlos Andrade y César Augusto Ortiz fueron constituidos diácono y presbítero respectivamente, pidiéndole a Dios las gracias y bendiciones necesarias para que ejerzan su ministerio dignamente.
Posteriormente, Juan Carlos Andrade fue revestido con la estola y la dalmática, símbolo de su ministerio diaconal, para luego recibir de manos de nuestro Arzobispo el libro de los Evange¬lios, significando que ahora es servidor de la Palabra que tiene que ser proclamada con su propia vida.
En tanto, César Ortiz fue revestido con la estola y la casulla, símbolo de su ministerio sacerdotal, siendo luego ungido por Monseñor Eguren en las palmas de sus manos con el santo crisma.
Al concluir la Santa Misa brotaron espontáneos y efusivos aplausos de los fieles que expresaron su alegría y agradecimiento a Dios por la bendición que significa para la Arquidiócesis Metropolitana de Piura contar con un nuevo sacerdote y diácono.
El R.P. César Ortiz es natural de Tumbes y el Diácono Juan Carlos de Piura, ambos realizaron sus estudios de filosofía en el Seminario San Juan María Vianney de Piura y los estudios de teología en el Seminario Corazón de Cristo del Callao.
La Homilía pronunciada por Monseñor Eguren para esta ocasión puede leerla aquí.
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