domingo, julio 25, 2010

¿Dudas sobre el amor de Dios?
+ Hola primero, soy Patricia y quisiera compartir mi experiencia. Yo soy de las personas que va cada domingo a misa, aun así muchas veces me sentía triste y sola, lloraba mucho por experiencias no muy gratas que he vivido.
Para no hacerla larga y no entrar en detalles, primero la separación de mis papas a mi corta edad, la desunión de mi familia y partida de ellos hacia un país extranjero lejos y la enfermedad de mi madre, cáncer, que gracias a DIOS por el momento se encuentra bien,pero no me quiero desviar, la experiencia que quiero contar es la siguiente:
Un día de los cuales estaba triste, vacía y sin sentido mi vida, estando en misa oré y platiqué con DIOS de lo mal que me sentía, que me quería sentir amada por EL, porque su amor es lo único que podría llenar este vacío, que a veces dudaba si EL me escuchaba, que me quería sentir instrumento, sentir su amor. Lloré y me desahogué, comulgué y sentí un calor hermoso en mi corazón, sentí paz y amor.
Terminándose la misa me reuní con mi mejor amiga. En eso se acerca un amigo pidiéndome que lo llevara a su casa porque yo traía camioneta, aunque el vivía a cuatro cuadras.
Algo me decía que tenía que llevarlo, como no quería ir sola le pedí a mi mejor amiga Paty que fuera conmigo. Lo dejamos en su casa y nos regresamos por otro camino. Repentinamente, se escucharon gritos.
Yo aceleré y se atravesaron en frente de mi camioneta, ya que nadie se quería parar. Un señor pidiendo ayuda porque su hija de 4 años estaba muriendo, porque tenía algo atorado en la garganta y necesitaba ir a un hospital. Rápidamente se sube su esposa, el señor con su hija, ya blanca y tiesa.
Yo pensaba en ese momento que estaba muerta, iba asustada, llorando y rezando, pidiéndole una vez más a DIOS que no me dejara sola. Se me hizo eterno el camino. Aun pasando semáforos rojos, se me hace increíble no haber chocado, aparte de que iba a muy alta velocidad. Pero el punto es que llegamos.
Nos bajamos todos en la Cruz Verde, esperamos como 20 minutos, la madre estaba desconsolada haciendo ya a su hija muerta. Yo le compartí lo mismo que estoy haciendo ahora con ustedes: DIOS NOS AMA POR MAS QUE HAYAMOS PECADO O NUNCA NOS HAYAMOS ACERCADO A EL, SOLO DICIENDO DIOS MIO estas dos palabras, EL nos escucha, no necesitamos decirlo todo porque EL ya lo sabe.
Rezamos. Cuando terminamos, salió el doctor diciéndonos que la niña estaba fuera de peligro y se encontraba bien. Lloré de alegría.
Comprendí que Dios escucha y me dio un sustote, pero para bien, me dijo estas palabras YO TE AMO ESTOY SIEMPRE CONTIGO, AUN CUANDO TU NO ME HABLES, AUN CUANDO A VECES DUDES CUANDO ESTAS FELIZ Y TRISTE, VACIO Y PLENO, TE HE PUESTO PRUEBAS EN TU VIDA, PERO SE QUE PODRAS CON ELLAS Y SON PARA HACERTE MAS FUERTE, PERO A LA VEZ CON UN CORAZON NOBLE Y DE CARNE PARA QUE PUEDAS AMAR Y SERVIR.
Nunca había escrito algo, creo que te podrás dar cuenta, pero hay cosas que no podemos callar. Así que aun en las adversidades y tristezas, recuerda que hay alguien supremo que nos ama y siempre quiere estar en contacto, todo lo que le pidas lo concede, claro, siempre y cuando sea para tu bien.
Cuídate mucho y DIOS TE BENDIGA.
* Autora: Patricia (Estados Unidos) *

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