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OJO CON LA PERDIDA DE CELULARES
Tecnología usada para el mal. Criminales los utilizan para extorsionar y amenazar. Son teléfonos que luego de ser robados son reconfigurados en los mercados negros. Utilizan chips robados o ingresados de contrabando. Ver infografía
Luis Velásquez C.
El tipo ha logrado su cometido. Lleva el teléfono móvil de su víctima en la mano y corre entre los autos buscando escabullirse. Al rato comprueba que el equipo sigue activo y se dirige a la zona de Las Malvinas donde pondrán darle 20 o 30 soles por él, pues luce bien a pesar del forcejeo al momento del robo.
Una última verificación antes de la transacción y el reducidor (comprador) ve una nueva posibilidad de uso para el teléfono que tienen en sus manos. Con suerte y con la ayuda de un programador de equipos podrá hacer del teléfono una herramienta de comunicación de algún inescrupuloso.
Lejos de ahí, sin saberlo, la víctima del robo contribuye con esto. ¿Cómo? Guardando silencio y no reportando el robo. ¿Por qué ocurre esto? Tal vez porque el móvil es prepago o porque ya no tenía saldo, o porque –valgan verdades– los trámites y reportes por teléfono son muy lentos y molestos.
Sea cual fuere el motivo, esta vez tampoco el robo es denunciado y con ello se pierde la última oportunidad que tiene la operadora telefónica para inutilizar el aparato y bloquear el chip que lo alimenta. A partir de ahora el equipo en mención es irrastreable y puede ser usado en actos criminales, especialmente el chantaje y la extorsión.
Así empieza todo
Pero veamos cómo ocurre. Primero debemos insistir en que el factor que da origen a esta actividad es la poca colaboración de los ciudadanos que sufren el robo de un celular. El otro factor es la existencia de un mercado negro de teléfonos. Y por supuesto, la demanda de equipos robados por los cuales se paga un bajo precio.
Volvamos ahora a Las Malvinas. El reducidor ya contactó al programador, quien manipula de tal forma el teléfono que en un abrir y cerrar de ojos dejó de pertenecer a la compañía que lo importó y vendió de manera lícita. O sea que dejó de tener el número de línea asignada y ahora cuenta con una línea informal, robada o clonada.
Ya es, entonces, un teléfono informal que puede ser usado con cualquier chip compatible. Como cuando uno trae un celular del exterior y lo pone a funcionar con un chip local. Y también con un chip robado o ingresado al país de contrabando.
Lo siguiente es esperar al comprador del equipo, quien podrá ser un individuo que solo busca un aparato para colocarle un chip formal, es decir, comprado en una tienda; o un sujeto que planea usarlo con fines criminales, con un chip sin registro.
Esto último ha sido comprobado por la Policía en recientes requisas en penales de La Libertad, Lambayeque y Lima, donde no solo halló miles de teléfonos móviles “irrastreables”, sino también centenares de chips sin registro, que eran usados por los internos.
Con ellos, sospecha la Policía, planeaban y dirigían asaltos y secuestros, y también enviaban amenazas y exigían pago de cupos a empresarios aterrorizados.
“Hay mucha informalidad”
El tema es complejo, refiere Juan Rivadeneyra, director de asuntos regulatorios de la empresa Claro, para quien la existencia de teléfonos “irrastreables” o no identificables se debe a la proliferación de mercados informales y un marco legal poco práctico.
“Compartimos la preocupación de las autoridades y se han tomado medidas junto con la Policía, Osiptel y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, pero no es suficiente, pues la informalidad continúa y ahí van a parar los teléfonos robados o extraviados”, explica.
Rivadeneyra señala también como parte del problema la existencia de venta sin control y reventa de teléfonos y chips en lugares no fiscalizados ni regulados. “Esta situación dificulta la identificación de las llamadas”, advierte.
El otro tema, admite el funcionario, es la poca colaboración de algunos ciudadanos: “Cada año se registran alrededor de 600 mil robos o extravíos de teléfonos en Claro, pero esta cifra no siempre refleja la realidad, pues a veces el 60 o 70% de personas recupera su equipo en menos de un mes”.
Movistar: Los prepagos deben ser registrados
1] La empresa Movistar aclaró que solo los teléfonos que tienen un titular pueden ser rastreados y por ello han iniciado campañas de registro gratuito en Trujillo y más adelante lo harán en otras ciudades.
2] Según Elizabeth Galdo, directora de asuntos regulatorios de Teléfonica Movistar, no basta registrar los teléfonos, pues la existencia de negocios informales y el tráfico de aparatos robados hace imposible rastrear las llamadas, lo cual se presta para la comisión de delitos.
3] El robo de la señal de internet también es usado con fines delictivos (envío de mensajes y amenazas) y tampoco es rastreable.
4] Finalmente, dijo que es importante registrar los teléfonos porque, en caso sea robado y usado de manera ilícíta, las autoridades sabrían quién es el titular. Y si hay una denuncia de robo del equipo, quedaría libre de sospechas.
OJO CON LA PERDIDA DE CELULARES
Tecnología usada para el mal. Criminales los utilizan para extorsionar y amenazar. Son teléfonos que luego de ser robados son reconfigurados en los mercados negros. Utilizan chips robados o ingresados de contrabando. Ver infografía
Luis Velásquez C.
El tipo ha logrado su cometido. Lleva el teléfono móvil de su víctima en la mano y corre entre los autos buscando escabullirse. Al rato comprueba que el equipo sigue activo y se dirige a la zona de Las Malvinas donde pondrán darle 20 o 30 soles por él, pues luce bien a pesar del forcejeo al momento del robo.
Una última verificación antes de la transacción y el reducidor (comprador) ve una nueva posibilidad de uso para el teléfono que tienen en sus manos. Con suerte y con la ayuda de un programador de equipos podrá hacer del teléfono una herramienta de comunicación de algún inescrupuloso.
Lejos de ahí, sin saberlo, la víctima del robo contribuye con esto. ¿Cómo? Guardando silencio y no reportando el robo. ¿Por qué ocurre esto? Tal vez porque el móvil es prepago o porque ya no tenía saldo, o porque –valgan verdades– los trámites y reportes por teléfono son muy lentos y molestos.
Sea cual fuere el motivo, esta vez tampoco el robo es denunciado y con ello se pierde la última oportunidad que tiene la operadora telefónica para inutilizar el aparato y bloquear el chip que lo alimenta. A partir de ahora el equipo en mención es irrastreable y puede ser usado en actos criminales, especialmente el chantaje y la extorsión.
Así empieza todo
Pero veamos cómo ocurre. Primero debemos insistir en que el factor que da origen a esta actividad es la poca colaboración de los ciudadanos que sufren el robo de un celular. El otro factor es la existencia de un mercado negro de teléfonos. Y por supuesto, la demanda de equipos robados por los cuales se paga un bajo precio.
Volvamos ahora a Las Malvinas. El reducidor ya contactó al programador, quien manipula de tal forma el teléfono que en un abrir y cerrar de ojos dejó de pertenecer a la compañía que lo importó y vendió de manera lícita. O sea que dejó de tener el número de línea asignada y ahora cuenta con una línea informal, robada o clonada.
Ya es, entonces, un teléfono informal que puede ser usado con cualquier chip compatible. Como cuando uno trae un celular del exterior y lo pone a funcionar con un chip local. Y también con un chip robado o ingresado al país de contrabando.
Lo siguiente es esperar al comprador del equipo, quien podrá ser un individuo que solo busca un aparato para colocarle un chip formal, es decir, comprado en una tienda; o un sujeto que planea usarlo con fines criminales, con un chip sin registro.
Esto último ha sido comprobado por la Policía en recientes requisas en penales de La Libertad, Lambayeque y Lima, donde no solo halló miles de teléfonos móviles “irrastreables”, sino también centenares de chips sin registro, que eran usados por los internos.
Con ellos, sospecha la Policía, planeaban y dirigían asaltos y secuestros, y también enviaban amenazas y exigían pago de cupos a empresarios aterrorizados.
“Hay mucha informalidad”
El tema es complejo, refiere Juan Rivadeneyra, director de asuntos regulatorios de la empresa Claro, para quien la existencia de teléfonos “irrastreables” o no identificables se debe a la proliferación de mercados informales y un marco legal poco práctico.
“Compartimos la preocupación de las autoridades y se han tomado medidas junto con la Policía, Osiptel y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, pero no es suficiente, pues la informalidad continúa y ahí van a parar los teléfonos robados o extraviados”, explica.
Rivadeneyra señala también como parte del problema la existencia de venta sin control y reventa de teléfonos y chips en lugares no fiscalizados ni regulados. “Esta situación dificulta la identificación de las llamadas”, advierte.
El otro tema, admite el funcionario, es la poca colaboración de algunos ciudadanos: “Cada año se registran alrededor de 600 mil robos o extravíos de teléfonos en Claro, pero esta cifra no siempre refleja la realidad, pues a veces el 60 o 70% de personas recupera su equipo en menos de un mes”.
Movistar: Los prepagos deben ser registrados
1] La empresa Movistar aclaró que solo los teléfonos que tienen un titular pueden ser rastreados y por ello han iniciado campañas de registro gratuito en Trujillo y más adelante lo harán en otras ciudades.
2] Según Elizabeth Galdo, directora de asuntos regulatorios de Teléfonica Movistar, no basta registrar los teléfonos, pues la existencia de negocios informales y el tráfico de aparatos robados hace imposible rastrear las llamadas, lo cual se presta para la comisión de delitos.
3] El robo de la señal de internet también es usado con fines delictivos (envío de mensajes y amenazas) y tampoco es rastreable.
4] Finalmente, dijo que es importante registrar los teléfonos porque, en caso sea robado y usado de manera ilícíta, las autoridades sabrían quién es el titular. Y si hay una denuncia de robo del equipo, quedaría libre de sospechas.
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