domingo, marzo 16, 2008
Diez años después de la tragedia
Diario El Tiempo
El nuevo puente Bolognesi, portentosa construcción de acero tipo arco atirantado, tiene un ángel de la guarda blanco a la izquierda de su entrada. Como para que no le pase lo que a su antecesor, que terminó engullido por las tormentosas aguas del río Piura junto a todos los vehículos y peatones que lo transitaban al momento de su caída.
Eran las diez y quince de la mañana del lunes 16 de marzo de 1998, con el movimiento típico del primer día de la semana. Segundo Neyra cruzaba el puente en su moto lineal rumbo a Castilla, donde iba a visitar a su hermano mayor. En la retina de los piuranos todavía estaba fresca la imagen del histórico Puente Viejo viniéndose abajo sobre el río, apenas cuatro días atrás.
“Yo iba mirando la inmensidad de las aguas, pensando en lo fuerte que puede ser la naturaleza. De pronto, sentí un leve temblor, tras el cual la losa del puente comenzó a caer y me fui con todo y moto al agua”, recuerda Segundo. Según él, recién cuando estuvo sumergido en la confusión del barro comprendió lo que estaba pasando: 80 metros de puente se habían caído como si se tratara de un enorme castillo de arena.
Segundo emergió a la superficie y comenzó a nadar hacia una de las orillas, mientras era animado por los trabajadores del camal. Ya en el hospital Reátegui, donde se recuperaba, fue vecino de cama de una señora que gritaba y lloraba con desesperación. “Intentaban sedarla pero ella seguía preguntando por su hijo. Creo que habían caído juntos, y el niño se le había soltado de la mano en el río”.
Se trataba de Betty Gutiérrez, cuyo pequeño de ocho años, Gonzalo Machuca, pereció ahogado en el río. Ellos iban en la parte posterior de un taxi desde Miraflores hacia Piura cuando sucedió la tragedia. La madre pudo ser rescatada, pero el niño fue encontrado cadáver.
“Por eso he venido hasta acá a orar, porque un día como hoy Dios me dio una segunda oportunidad”, confiesa Segundo mientras mira hacia el ángel, monumento construido durante la gestión del ex alcalde Francisco Hilbck en memoria de las víctimas de la tragedia. A veces la vida insiste en ser más misteriosa que la muerte, y por alguna extraña razón el nombre de Segundo Neyra hoy no está en la relación de fallecidos de la estatua angelical.
Un ángel más en el cielo
Esa misma mañana, Luis Alberto Moscol había mandado a su hijo de once años a comprar carne para el almuerzo al mercado de Castilla. Don Luis escuchó un fuerte crujido y, tras asomarse a su puerta y constatar que el centro del puente se hundía en el agua, quedó inmovilizado.
“No sabía qué hacer. Yo veía cabezas y brazos que se agitaban en el río, pero no sabía cuál era mi hijo ni dónde estaba”, narra el señor Moscol. Justo en ese momento, un vecino que había logrado salvarse le dijo que había visto a su niño al otro lado del puente.
Luis corrió hasta Castilla, y en el mercado encontró al vendedor de carne rezando. “Entonces sentí que algo se me rompió adentro”, cuenta al borde del sollozo. En efecto, el pequeño Luis Moscol había llegado a comprar la carne y, cuando regresaba a su casa, cayó junto con el puente.
“Su cuerpo lo encontramos dos días después, a la altura de La Legua”, se lamenta Moscol que ayer, desde muy temprano, estuvo limpiando el monumento y sus alrededores con ayuda de personal de la Municipalidad.
Lecciones del pasado
Ayer se cumplieron diez años de la tragedia y sólo Segundo Neyra y Luis Moscol se habrín acercado al monumento en memoria de las víctimas. Al menos en la mañana, no se vio a ningún otro familiar o autoridad que realice acto recordatorio alguno.
Sin embargo, es necesario recordar las causas de la tragedia que hundió, junto al puente Bolognesi, dos autos, una combi, una moto y veinte vidas en ellos. Es preciso acordarse de que días antes de la tragedia, técnicos del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) hicieron un análisis topográfico de los puentes Sánchez Cerro, Bolognesi y Cuarto Puente, y resolvieron que las bases de estos no habían sido erosionadas y se encontraban “en perfectas condiciones”2. Basándose en ese informe, las autoridades reabrieron el puente Bolognesi, que llevaba días cerrado, al tránsito de personas y vehículos.
La historia demostró que las “perfectas condiciones” jamás fueron tales. Meses después, también se inició un proceso judicial que buscó determinar a los responsables de las muertes de los 20 ciudadanos que perecieron como consecuencia del derrumbe del puente. En aquel proceso se vieron envueltos el alcalde provincial y el presidente del CTAR de entonces, José Aguilar y Alberto Ríos Rueda, respectivamente, pero la investigación no llegó a ninguna conclusión contundente.
Al término de esta edición, solitarias flores blancas yacían a los pies del monumento recordatorio de las víctimas de hace diez años: es la forma cómo los piuranos recordamos una catástrofe que debería ser aleccionadora.
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Rescatistas ubican cuerpos de dos víctimas más de helicóptero siniestrado en Cajamarca
Brigada de rescate de helicóptero caído en Cajamarca.
Chiclayo,.-El jefe de la II Dirección Territorial de la PNP de Chiclayo, Víctor Ordinola Ruiz, informó hoy que personal de rescate ha encontrado dos cuerpos más de los ocupantes del helicóptero Bell 412B, siniestrado el martes último en el distrito de Catache, provincia cajamarquina de Santa Cruz.
En diálogo con la agencia Andina, explicó que ahora suman cinco los cuerpos hallados, por cuanto en la tarde del último viernes, personal policial de las Comisarías Santa Cruz y de Catache, guiados por campesinos, hallaron tres cuerpos.
Explicó que los primeros tres cuerpos ubicados no pudieron ser trasladados inmediatamente a Chiclayo debido a las malas condiciones del clima, “pues está lloviendo muy fuerte”.
“Ahora, las condiciones del clima son favorables lo que ha facilitado también que se encuentren más cuerpos. Por ello, calculo que en una media hora el helicóptero que está en la zona del siniestro traerá primero al Grupo Aéreo N° 6 dos cuerpos”, dijo.
El alto mando policial indicó que luego que los cuerpos lleguen al Grupo Aéreo, serán trasladados a la morgue de Chiclayo para la identificación del caso.
Asimismo, aseguró que los integrantes de la Unidad de Salvamento de Alta Montaña (USAM) de Áncash permanecerán en la zona agreste del distrito cajamarquino de Catache, donde cayó el helicóptero hasta la culminación de las labores de ubicación y traslado de los cuerpos.
El punto exacto donde se ubican las partes del helicóptero que se estrelló contra el cerro Mamajuana está ubicado entre la represa Ciriato y el puente Cumbil- es un farallón vertical -al que no se puede acceder ya que es una zona de precipicios, explicó Ordinola.
El helicóptero modelo Bell 412B, de la compañía Helinka-Evergreen, que presta servicios de transporte aéreo al proyecto La Granja, de la minera Rio Tinto, en Cajamarca, fue reportado perdido el pasado 11 de marzo cuando se dirigía a Chiclayo con dos tripulantes y ocho pasajeros.
En la víspera el presidente Ejecutivo de la minera Rio Tinto a nivel mundial, Tom Albanese, y otros altos ejecutivos de la compañía, arribaron a Chiclayo para ofrecer el apoyo necesario a los familiares de los pasajeros que iban en el helicóptero de Helinka – Evergreen.
Los altos ejecutivos de Rio Tinto se reunieron con las familias para brindarles sus condolencias y se comprometieron a continuar brindando el apoyo y la ayuda necesaria.
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