sábado, marzo 22, 2008
EL VIERNES SANTO FUE DE LOS NIÑOS Y DISCAPACITADOS
Normalmente, nadie se acuerda de los menos afortunados en estas fechas, pero, en esta oportunidad, lo hicieron en el jirón Cusco. Esta ha sido la primera vez que se rompe con el protocolo y se invita a niños trabajadores del programa Colibrí, a los niños discapacitados de la OMAPE, y a decenas de ancianos de escasos recursos económicos para iniciar el banquete sagrado.
Se les notaba la emoción y la alegría de ser tratados con mucha atención, pero más alegría aún era la de don José Grimaldo y la de todos sus familiares y vecinos que apoyaban para servir lo más rápido y amablemente posible a sus invitados.
El día
Eran las 9 de la mañana y los cataquenses salían de misa o de sus casas rumbo a la Plaza de Armas, donde varios turistas ya se habían congregado, para el tradicional izamiento del emblema nacional a media asta, que lo llevó a cabo el Doliente José Grimaldo Espinoza Ancajima, flanqueado por el alcalde Mario More López y el párroco Pedro Chuyes Chunga. De este mismo modo lo hizo el Procurador de la Cofradía del Santo Cristo, Pascual Imán Imán, con la bandera del distrito.
Cuarenta minutos después, el alcalde, el doliente, el depositario, el párroco y los procuradores del Santísimo y del Santo Cristo, acompañados por los miembros de las diferentes cofradías, ingresaron al salón municipal para iniciar la sesión solemne.
En este acto, el alcalde Mario López le impuso a José Grimaldo Espinoza Ancajima la Sagrada Insignia de Luto por la muerte de Jesuscristo, previa lectura de la resolución de alcaldía que lo nombra como doliente de este año.
Firmada el acta, todos los presentes en la ceremonia salieron en caravana, encabezada por el doliente y el alcalde que caminaron por la avenida Cayetano Heredia, acompañados por la infaltable banda, para luego entrar al jirón Cusco, donde los esperaban decenas de niños y ancianos.
El doliente dio la bienvenida a todos y el padre Pedro Chuye bendijo la comida en la cocina de la familia Espinoza Palacios y luego salió a la mesa principal, donde finalizó la bendición con un: ¡Buen provecho! De inmediato, decenas de chicos, chicas, señoras y señores empezaron a salir con el primer potaje y jarras de chicha blanca.
El banquete
Desde su silla de ruedas, la señora Claudia Ancajima Gómez (36), a cargo de la cocina, nos cuenta mientras sirve, que desde el martes viene trabajando con todas las señoras para elaborar cerca de 3 mil platos de cada potaje y 27 sansones grandes (tinajones plásticos) de chicha.
También nos dijo que en promedio para elaborar la famosa malarrabia, se había gastado: 6 sacos de arroz, mil plátanos, 250 kilos de pescado cabrillón, 30 kilos de queso, 2 cajas de papa, 2 cajas de cebolla y 2 cajas de tomate.
Los siete potajes se sirvieron de la siguiente manera: primero las frutas (manzanas, peras y uvas), y con ellas los potos de chicha, luego, empezaron a servir las galletas con aceituna y queso, las galletas con atún, el chupe con mariscos, la malarrabia, el durazno en almíbar, el vino.
EL JUEVES SANTO
Tras la imposicion de las llaves al depositario Jose Flores Ipanaque se realizo el izamiento del Pabellon Nacional y del Distrito luego se procedio a la Sesion Solemne y finalmente a la degustacion de los Tradiconales Siete Potajes
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