viernes, abril 02, 2010


http://www.piuraweb.com/

LOS SIETE POTAJES DE SEMANA SANTA

Piura es ademas de su desierto. El fervor de sus arenas inunda las plazas, atraviesa umbrales, campos de cultivo y hasta el alma de los piuranos.
El desierto de Sechura es uno de los más grandes del mundo. Una sabana ardiente de cinco mil kilómetros cuadrados que esconde con timidez sus riquezas: enormes yacimientos de fosfatos y un mar de petróleo oculto en sus profundidades.
AI que recorre por primera vez el desierto de Sechura le llama la atención su infinita soledad, sus dunas nómades, esa inmensidad de planeta inerte que cobra vida cada vez que el Fenómeno del Niño calienta las corrientes marinas. Es entonces cuando el desierto desaparece bajo una alfombra verde salpicada de flores amarillas y regada por las lluvias del Niño. Un espectáculo de vida silvestre inolvidable para el turista.
A 55 kilómetros al suroeste de la ciudad de Piura, por un camino donde el desierto es nuestro fiel acompañante, se llega a la ciudad de Sechura, famosa por su bahía y por el centro pesquero de Parachique. Más al sur se llega a Bayóvar, puerto donde termina el oleoducto norperuano luego de atravesar desiertos, sierras y selvas del norte peruano como una inmensa boa de hierro.
Catacaos, Narihualá, Simbilá y Sechura son oasis de vida en medio del desierto. Poblados acogedores donde los algarrobos y las palmeras crecen desafiando el arenal. Un paisaje que contrasta notablemente con el de Chulucanas, Morropón, Huancabamba o Ayabaca; otros rincones de Píura donde la magia y la tradición se confunden con la belleza de sus pisos ecológicos. Todo esto garantiza una viaje inolvidable, una experiencia que queremos compartir.

Catacaos, joya Piurana
A sólo diez minutos de Piura se encuentra Catacaos, capital artesanal de la Región Grau y uno de los rincones con más historia y tradición del norte peruano. Fue aquí donde los españoles que llegaron con Pizarro tuvieron contacto con las Capullanas antes de dirigirse a Cajamarca. Un siglo después de la conquista, en 1645, el Vicario Gerónimo de Mori Alvarado devolvió la zona a los naturales. Desde entonces Catacaos es reconocido como el corazón indio de Piura.
Un arco con vista al paisaje recibe a los visitantes. En su Plaza de Armas se yergue orgullosa la iglesia de San Juan Bautista, construida sobre el palacio donde se reunían el Consejo de Curacas y Capullanas. Y es precisamente este templo el corazón de la célebre Semana Santa de Catacaos, una de las ceremonias más solemnes y majestuosas del Perú.
Todo empieza el Domingo de Ramos cuando el Señor Triunfante recorre las calles del pueblo acompañado por las imágenes de la Virgen María y San Juan Bautista. Al día siguiente, se le rinde homenaje al Señor Cautivo, que luce una corona de oro y su larga cabellera perfumada. A lo largo de la semana se celebra la despedida (el "despedimento" -dicen los cataquenses) de Jesús y la Virgen María acompañados de todas las cofradías de la zona, y la representación de la Ultima Cena. El Viernes Santo todo el pueblo está de duelo hasta las típicas chicherías, donde las banderas blancas instaladas en las puertas lucen un crespón negro. Ese día aparece el "Doliente", un personaje que viste de riguroso luto y que recibe el pésame de sus paisanos, y encargado además de invitar los siete potajes a las autoridades locales.
Por la noche se inicia la procesión del Santo Sepulcro hasta el Sábado de Gloria, cuando la procesión de la Pascua de Resurrección se pasea por las calles principales de Catacaos anunciando la resurrección del Mesías. El pueblo desborda alegría y la fiesta alcanza su esplendor cuando en la Plaza de Armas se vuelven a encontrar las imágenes de Cristo Resucitado y la Virgen María.
Pero Catacaos no es sólo fervor religioso, también es la capital de la orfebrería piurana, de la artesanía de paja y de los afamados mates burilados. Cada año miles de turistas recorren la Calle Comercio para adquirir joyas, sombreros y otras artesanías propias de la región. Uno de los productos más solicitados son las "dormilonas", hermosos juegos de aretes de fama internacional. No menos célebre son los finos sombreros "Catacaos", cuya elaboración a veces tarda todo un año, pues sólo es tejido de noche y en determinadas estaciones lunares. Este es uno de los secretos mejor guardados de los tejedores de Catacaos, garantía de su excelente producto. Nadie en Catacaos sabe exactamente quién, cuándo y dónde se inició el arte del mate burilado local. El maestro Juan Ramos Cárcamo asegura que fue la pobreza la que inspiró su habilidad con el buril en los años 70. Los "potos" o mates son seleccionados previamente desde la misma cosecha. Los más grandes y redondos son ilustrados con costumbres locales, mientras que los alargados (Ilamados "huiros") sirven para representar personajes caricaturizados. En los últimos años han aparecido los "mates eróticos", el último grito de la moda local.


Durante la Semana Santa en la ciudad de Catacaos ( Departamento de Piura) se degusta un tradicional banquete, llamada de “Los Siete Potajes” , que es como una versión moderna de la Ultima Cena de Jesús y sus doce apóstoles.

Este banquete, ya tradicional dentro de la gastronomia peruana, consiste en la degustación de deliciosos platos como galleta con queso, aceituna y cebiche de cachema. Asimismo, chupe de cangrejo y langostino, sudado de cabrillón, malarrabia con arroz, menestra y el delicioso copus de carnero y, finalmente, chicha de jora.

Y, claro, los cataquenses son famosos por la excelencia de los cebiches, de los piqueos y las variedades de chicha de jora que los pueden acompañar. La chicha se sirve en los tradicionales “potos”, y cuando es ligera y se saca de la superficie de los cántaros, recibe el nombre de “clarito” y suele tomarse como aperitivo en un “poto” pequeño que para sorpresa de muchos se llama “cojudito.

La espesa chicha que llaman “mellicera” acompaña a los potajes. Los conocedores la distinguen de la de cualquier otro lugar. Una banderita blanca en una casa anuncia que hay chicha para vender y que podremos encontrar piqueos, chicha y tal vez música, tondero, marinera, valses del Perú o pasillos que llegan desde el Ecuador y que son muy apreciados.

Según José Luis Restrepo: "En vísperas del ayuno del viernes santo y para conmemorar la ultima cena se acostumbraba en el Siglo XIX celebrar en las casas de las familias mas pudientes el banquete los siete potajes."

Según la revista Estampas, del Diario El Universal: "Durante el jueves y el viernes santo, debido a la prohibición católica de consumir carnes rojas, en el Táchira, especialmente en las zonas fronterizas, al igual que en el departamento del Norte de Santander, en Colombia, se acostumbra comer una serie de preparaciones en conmemoración de las siete palabras que pronunció Jesús antes de morir. Estos "siete platillos", como también se les llama, constan de "sopa, arroz, pescado, macarrones, ensalada (zanahoria, cebolla, lechuga, remolacha), torta y dulce", según el Diccionario de cocina venezolana de Rafael Cartay".

Según Diego Rojas Ajmad: "Tanto las familias más acomodadas como las más humildes preparaban, de acuerdo con sus posibilidades, suculentas comilonas en las que destacaban: fiambres, lechones, pavos, corderos, gallinas, pescados, encurtidos, quesadillas e infinidad de dulces. Todas estas delicias, llamadas “siete potajes”, en la mayoría de los casos consistía básicamente en trucha conservada con sal acompañada con sopa de arvejas, arroz, ensalada, cambur verde sancochado, jugo de frutas y dulce de cabello de ángel. Según la tradición, el consumir los siete potajes asegurará el tener comida y prosperidad durante todo el año."

Según El Turismo Gastronómico: "En Catacaos en Semana Santa se concilian la carne y el pescado. El Jueves santo se consumen siete potajes de carne de res, gallina, pavo cabrito, cerdo, pato y tortuga; el viernes santo se consumen siete potajes de pescado mero guitarra cachema, cabrillon, langostinos y mariscos. La "mala rabia" es un guiso que se prepara religiosamente durante la "cuaresma". La "mala rabia" esta preparada con plátano sancochado, de los de freír desmenuzado y batido con queso; se acompaña con pescado sudado, arroz y menestra."

Fuente(s):
José Luis Restrepo:
http://restrepojl1.blogspot.com/2007/04/los-siete-potajes_05.html

Estampas:
http://www.eluniversal.com/estampas/anteriores/111107/aniv54_s1.shtml

Diego Rojas Ajmad:
http://saparapanda.blogspot.com/2007/03/antigua-semana-santa-o-cmo-evitar.html

Turismo Gastronómico:
http://www.unp.edu.pe/XIIIsimposium/turismo_gastronomico.htm

No hay comentarios.: