viernes, enero 04, 2008
TENSIONES Y CAÑONAZOS EN PIURA: 4 DE ENERO DE 1821
Por: Julissa Gutiérrez Rivas(*)
"La independencia del norte del Perú es el resultado de un ánimo, de un espíritu, de una determinación más o menos definida[...]. La emancipación del norte sólo se entiende si se reconoce un espíritu arraigado en lo peruano que está presente en el alma de los pobladores."
José Agustín de la Puente Candamo.
La situación piurana, que a inicios del XIX fue de fidelidad hacia el rey de España, poco a poco fue distendiéndose a sentimientos francamente separatistas. Ya flotaba en el ambiente, y cualquiera lo podía apreciar, un descontento muy arraigado entre los criollos y los indios, sin mencionar a los esclavos. Los dos grupos estaban disconformes con la situación, pero tenían diferentes puntos de vista en cuanto a la solución del problema. Los indios, aun cuando no mostraban una ideología bien definida, siempre en sus protestas se habían manifestado francamente revolucionarios; querían una transformación total y profunda de la organización social, política y sobre todo tributaria. En cambio, la mayoría de los criollos eran sólo separatistas y deseaban el poder político sin cambio profundo de las estructuras de la sociedad colonial de la que era pieza importante. En el proceso de la emancipación en Piura, encontramos varios hombres quienes inicialmente fieles a la corona, fueron cambiando poco a poco de postura.
El poblador piurano ante la Independencia.
En Piura, como en el resto del Perú, dentro del fenómeno de la independencia hubo hombres y mujeres de todos los estratos sociales, razas y profesiones. No se puede hablar de una imagen clasista de la independencia, pues no existió un grupo social que estuviera con el rey y otro con la patria. Así tenemos que protagonizaron el movimiento emancipador tanto personas acaudaladas como Jerónimo Seminario y Jaime, José María y Pedro León y Tomás Cortés; como gente del pueblo, por ejemplo el carpintero José Antonio Vilela y el zapatero Mariano Mendiburu.
Es más, entre los mismos hermanos hubo una división que subraya ese carácter personal y moral de la Independencia. Ejemplo clarísimo fueron los Seminario y Jaime: mientras Miguel Jerónimo se inclinó por la ruptura, su hermano, Fernando Torcuato, fue un realista convencido. Esta actitud fue frecuente en esos tiempos.
Cabe resaltar que muchos de estos protagonistas se educaron en el Colegio Seminario de Trujillo y algunos en el limeño Convictorio de San Carlos. Con ellos llegaron las nuevas ideas del Enciclopedismo y de la Ilustración. Por ello, estos "carolinos" figuraron en gran número, en el pronunciamiento libertario del 4 de enero. Estos antecedentes son los que obligan a estudiosos de nuestra independencia a desechar los planteamientos de memorialistas y escritores que quieren presentar al Partido de Piura como ajeno a toda inquietud revolucionaria.
Proclamación y jura
De esta manera, 1821 representa la hora de la esperanza que se manifiesta en Piura el 4 de enero, día en que los piuranos decidieron, en Cabildo Abierto y por inmensa mayoría, proclamar la independencia en el Convento de San Francisco. Su patriotismo los obligó a desafiar a más de 600 bayonetas que estaban acuarteladas al servicio de España.
Desde las ocho de la mañana empezó a concurrir la gente voluntariamente al Convento franciscano. Estuvieron presentes las principales familias piuranas: los Lama, los Diéguez, los Seminario, los León, los Raygada, los Arellano, los Cortés, y otras más. La asistencia de la gente del pueblo fue general, incluido un gran número de mujeres que gritaban espontáneamente por las ventanas del cuartel del Carmen, desaprobando la conducta de los soldados acantonados de apoyar a los españoles. Una plegaria se oyó en todas las Iglesias.
Cerca de las once del día, había ya en el Convento un considerable número de gente, que además ocupaba gran parte de la calle. Algunas disposiciones hostiles y bravatas de españoles imprudentes, habían inflamado tanto los ánimos que ya se hablaba con despecho y se les quería hacer desaparecer. Estos descontentos eran contenidos por los patriotas más prudentes, que aconsejaban el último resultado para proceder después premunidos de razón y de justicia.
Sea como fuere, después de lograr la rendición del ejército, se abrió el pliego, que era una proclama del Marqués de Torre Tagle y una nota al Cabildo, invocando el patriotismo de los pueblos para que se uniesen a la causa libertaria en razón de los fundamentos expuestos. Leídos estos documentos, se invitó a todos los concurrentes a que dijeran si querían o no plegarse al movimiento de Trujillo, adoptando desde ese acto el sistema proclamado por el Intendente del Departamento y protegido por el Ejército Libertador en Huaura.
Con los asistentes contestaron las campanas del Convento de San Francisco con un repique que luego se hizo general. Mas, en estos críticos momentos, se aproximaron a la mesa un barbero apellidado Bauza y un platero llamado Francisco Madrid, ambos en estado de embriaguez, quienes vociferaron que morirían por su Rey. El pueblo los abucheó. A continuación habló el Marqués de Salinas, Francisco Javier Fernández de Paredes, quien se opuso a la voluntad soberana que se acababa de expresar, arguyendo que el pueblo estaba dividido. Pese a estos últimos acontecimientos en las primeras horas de la tarde, la Independencia fue proclamada.
Posteriormente, el día de Pascua de Reyes, 6 de enero, se decidió jurar la independencia; es decir, se asumió el deber de respetarla y hacerla respetar con cabal responsabilidad. Este acto fue saludado con una salva de veintiún cañonazos y con una Misa de acción de gracias, solemnizada con Te Deum. Acudió una multitud nunca antes vista, que no cabía en el templo. Aquí se hizo todo género de demostraciones públicas de alegría. El regocijo y diversiones a que se entregó el pueblo fueron grandes y duraron hasta el amanecer.
Proclamación en otros pueblos
En cuanto los pueblos del interior de Piura conocieron la decisión de la ciudad capital, decidieron seguir el ejemplo. Sechura se adelantó a este hecho, porque optó por la independencia el 4 de enero, unas horas antes que Piura, debido a que el conductor del correo de Trujillo, Luis Ugarte, antes de llegar a Piura pasó necesariamente por el pueblo de Sechura. La independencia aquí se efectuó gracias al apoyo de José María Raygada, ganado a la causa independiente.
En el pueblo de Amotape se encontraba el cura Miguel de Carpio, furibundo realista, quien se negó a acatar la circular del nuevo Obispo de Trujillo pidiendo a todos hacer su juramento de fidelidad al Rey. Pero como comprobó que todo el pueblo se había adherido a la causa patriota y que todos los religiosos del Partido también lo habían hecho, terminó por jurar. Dependiente entonces de Piura, el pueblo de San Nicolás de Tumbes no era ajeno a la idea libertaria, que cada día se consolidaba en el ánimo de todos los peruanos. Los tumbesinos ya conocían que Piura había proclamado su independencia, de allí que el 7 de enero a las nueve de la mañana, el Cabildo se reunió para dar lectura a la proclama enviada por el Marqués de Torre Tagle, donde exhortaba a los individuos sujetos a su jurisdicción a jurar la libertad e independencia, lo que hicieron con entusiasmo.
De Huancabamba lamentablemente no se ha encontrado la fecha de la proclamación de su independencia, pero el Padre Miguel Justino Ramírez, basado en un testimonio familiar, sostiene que este pueblo se aunó a la proclamación. Querecotillo, tras recibir los pliegos enviados desde Piura, dio su grito de independencia el 11 de enero, celebrando tres días después Te Deum y Misa.
El 14 de enero de 1821, el pueblo de Paita, uniéndose toda la vecindad en masa juró la independencia y el domingo 21 se llevó a cabo una solemne misa de acción de Gracias, con invitación a todo el vecindario para renovar el juramento de fidelidad y lealtad patriótica. Cabe resaltar la presencia de uno de los más grandes hombres paiteños, Francisco Alvarado Ortiz, uno de los más entusiastas partidarios del movimiento. Los otros pueblos del partido de Piura ratificaron, con los mismos ideales su adhesión a la independencia de la patria.
Así la independencia de Piura y de todos sus pueblos fue una clara muestra de la estrategia trazada por San Martín para quien el proceso independentista peruano debía lograrse por un conjunto de adhesiones humanas, pacíficas, y no a través de enfrentamientos armados. Por ello, el Libertador agradeció al pueblo de Piura su pronunciamiento; y en carta personal a Miguel Jerónimo Seminario y Jaime, fechada en Huaura el 9 de abril de 1821, elogió su patriotismo acrisolado. De esta manera, Piura se unió al proceso libertario sin una batalla significativa, mostrando el espíritu peruano que estuvo presente en el alma de casi todos sus habitantes.
(*) Profesora de la facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad de Piura.
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Templo San Francisco
La Iglesia San Francisco de Piura, antiguo claustro edificado en la antiquísima calle Florida, actual jirón Lima, por los padres Sanfranciscanos, fue escenario del acontecimiento histórico que perenniza el heroico gesto patrio de los piuranos: en este venerado recinto, el 4 de enero de 1821, los piuranos pronunciaron el grito libertario a favor de la causa emancipadora.
Declarado monumento nacional en los años 1969 y 1980, sus orígenes datan del siglo XVIII.
En los planos de la ciudad, perteneciente al Obispo Baltazar Jaime Martínez de Compañón y Bujanda, se aprecia con la sigla M., Convento de San Francisco. Ocupada toda una manzana y sus linderos daban con el cauce del río Piura.
Entre sus reliquias podemos admirar una gran campana de bronce, ubicada en la única torre de la Iglesia construida hace 200 años. En ella está labrada, en alto relieve, la imagen de San Francisco.
Su Altar Mayor, embellecido por los labrados y decorados de sus columnas, se adorna con la escultura de San Francisco de Asis. Escultura que representa el estilo sencillo y característico de la Orden Franciscana.
En la parte central del Altar Mayor, también se aprecia la imagen de la Virgen Inmaculada Concepción y, en el primer nivel, el Cristo de la Agonía.
En sus dos pequeños altares, tallados en madera y ornamentados con hojarasca pan de oro, se observan las imágenes de San Judas Tadeo y el Señor Cautivo de Ayabaca.
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Sechura tambien recuerda grito Libertario
DOS HORAS ANTES QUE PIURA
En ceremonia especial que será presidida por el alcalde, Santos Querevalú Periche, mañana Sechura recordará el 187 aniversario del grito libertario.
En la Plaza de Armas se colocarán ofrendas florales al teniente José María Raygada Gallo, quien en 1821 proclamó la independencia de esta ciudad, dos horas antes que lo hiciera Piura.
Las autoridades junto con la población recuerdan y resaltan las virtudes de un puñado de sechuranos, que con inmenso amor a la patria se proclamaron independientes del dominio español; anuncio que fue efectuado desde los balcones del Templo San Martín de Tours ante una enfervorizada multitud, que juró la libertad del pueblo de Sechura.
Como actividad previa a la Sesión Solemne, las autoridades municipales han programado el paseo de la Bandera por las principales calles de la ciudad.
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